No es muy frecuente encontrar autores finlandeses traducidos al español, tampoco son frecuentes los autores finlandeses que se
dediquen a escribir novela policiaca, al contrario que sus vecinos de la zona escandinava, ya sean suecos o noruegos, incluso daneses, y hasta algún que
otro islandés como Indridason, pero finlandeses no, no los hay o hay muy pocos,
y éste que leemos, Matti Rönkä, es uno de los pocos –otro, un estadounidense
afincado en Finlandia, James Thompson, (ver lectura)–.
Y además de ser pocos son poco traducidos, ya que ésta
que presentamos, Tappajan näköinen mies, traducida en Alfaguara como El hombre
con cara de asesino, es la primera y única de la serie de siete novelas cuyo
protagonista es Víktor Kärppä, y que se publicó en su lengua original allá por el
año 2002, o sea hace más de una década. Su autor, ya mencionado, Matti Rönkä, es un reconocido
periodista de la primera cadena de televisión finlandesa, YLE TV1.
Y ese desconocimiento en estos lares que se deja
traslucir por la poca difusión de lo que viene de allá se acrecienta además por
la propia idiosincrasia de la serie de Kärppä, pues quién nos iba a decir que
esta especie de detective privado no al uso se llame también Víktor
Niloláyevich Gornostáyev ya que su lugar de origen es Sortavala, un pueblo que
se sitúa en la región rusa de Carelia, una zona fronteriza a caballo entre Finlandia
y Rusia y un territorio cuya historia es un trasvase constante de finlandeses y
rusos de un país a otro dependiendo de los vaivenes históricos
correspondientes. Y sí, allí, Kärppä sigue teniendo a su madre, Anna Gornostáyeva, y en Moscú
a su hermano Alekséi, y también allí en Sortavala está establecido uno de los
hombres para los que trabaja, Valeri Karpov, cuyo socio en Helsinki es Ryzhkov. Porque
Vïktor Kärppä vive en Helsinki y su labor como detective privado es algo
secundario, ya que en realidad él trabaja haciendo pequeños chanchullos de
contrabando para Ryzhkov, aquí, en Helsinki, y Karpov, allí, en la Carelia
rusa, aprovechando su ambigua nacionalidad, ya finlandés, por parte de madre, ya ruso –más concretamente ingrio–, por parte de padre.
Tres elementos, pues, nos vamos a encontrar en esta
novela, que se van entremezclando a partir de la voz en primera persona de
Kärppä: uno, el histórico-sociológico, más o menos comentado en lo que antecede,
que nos da el anclaje vital; otro, el socio contextual, que nos lleva hacia una
trama vinculada al contrabando entre un país rico y occidental, como puede ser
Finlandia, y los orientales o del bloque del Este, podríamos decir, que están
al otro lado de la frontera, Rusia o la Carelia rusa y, a muy poca distancia
por mar, Estonia y su capital Tallin; y justo, relacionado con esto está el
último elemento, el de la intriga policial, hasta ahora no comentado, que tiene
que ver con la desaparición de Sirje Larsson, de soltera Lillepuu, una
ciudadana estonia, casada con un finlandés, el librero Aarne Larsson, que es
precisamente quien le pide ayuda a Kärppä para encontrar a su mujer
desaparecida.
Zona del golfo de Finlandia, con Tallin al Sur y al Este la zona de Carelia, donde se encuentra Sortavala |
Y a ese embrollo inicial, con por ahora tres capas, se
van a unir otras tres más, que además se van desdoblando: las relaciones
personales de Kärppä, familiares con su madre, que sufre un infarto, y su
hermano, y amorosas con Marja Takala, una estudiante con la que no casa muy
bien, debido a su carácter algo retraído; las que le vinculan con la policía
finlandesa, siendo una especie de informante sin serlo del inspector Korhonen,
también a su modo un tanto raro, con el que mantiene unos diálogos a veces
demasiado sarcásticos, y las que involuntariamente tiene con los servicios
secretos rusos, el SFS, antigua KGB, y con su contacto, Arkadi, que
desembocarán en un final, quizás, un tanto artificioso; y, por último, otra
vez, con los estonios, las mafias estonias de contrabando, ya que Sirje, la
mujer desaparecida, además es hermana de Jaak Lillepuu, cabecilla de una
organización estonia vinculada al tráfico de drogas que se quiere establecer en
Helsinki.
Como vemos, en poco más de doscientas páginas de novela el aspecto informativo, de demasiada información, queremos decir, y la cantidad de desvíos, de vínculos, de relaciones ambiguas y escondidas es, decimos, quizás excesiva y de eso es precisamente de lo que peca esta novela. No por la trama en sí, que no deja de resultar a pesar de todo fluida, salvando lo que hemos dicho, ni por el personaje principal, del que en cierto modo nos encariñamos, ya que todo el mundo de alguna forma lo utiliza, a pesar de su cara de asesino o precisamente por eso y que él mismo justifica de esta forma: "En el ejército me dijeron: 'Gornostáyev, es usted un hombre con cara de asesino'. Yo más bien pensaba que mi apariencia era la de una persona amable y bondadosa, pero en el servicio militar se oyen en general muchas cosas sin sentido. Más tarde entendí lo que habían querido decirme los oficiales. Muchos se quedan paralizados ante el peligro, o entran en pánico, y eso es algo que se refleja en la cara. A mí no. Yo noto el subidón de adrenalina y cómo el miedo y los pensamientos me invaden la cabeza, pero al mismo tiempo mi razonamiento se vuelve más nítido y ágil, mientras que mi rostro se torna inexpresivo".
No, su falta no viene por ahí, sino por la necesidad de mayor desarrollo y profundidad, eso es lo que echamos algo en falta. Y quizá esa falta sea debida a que esta es una primera novela de una serie de siete que precisamente nos está introduciendo, nos está dando lo preliminar, y que posiblemente –no lo sabremos si no tenemos las siguientes– sea como una especie de anticipo de lo porvenir. Y sólo partiendo de ese punto de vista, del de que ve la situación en retrospectiva podríamos valorar de otra forma esta novela. Con todo, un buen personaje, una buena trama en un buen contexto.
2002. Tappajan näköinen mies (El hombre con cara de asesino). Lectura
2003. Hyvä veli, paha veli.
2005. Ystävät kaukana.
2007. Isä, pika ja paha henki.
2009. Tuliaiset Moskovasta.
2011. Väärän maan vainaja.
2013. Levantin kyy.