No son series de televisión, aunque permiten una secuencia. No son series de televisión policíacas, aunque pueden ser la raíz y son policíacas. No son asesinos en serie, aunque los hay. Son series de detectives o investigadores: Marlowe, Rebus, Conde, Beck, el agente de la Continental, Bosch, Morck, Jaritos, Romano, Grens, Grave Jones y Coffin Johnson, Sejer, Bevilacqua, Wilhelmsen, Adamsberg, Erlendur... Y se sitúan en cualquier lugar, son de cualquier lugar: la muerte está en todas partes.

sábado, 19 de abril de 2014

Venganza, de Benjamin BLACK




Vengeance (Venganza) es la quinta novela de la serie del patólogo Quirke. Hasta la fecha sólo falta la última por traducir, Holy Orders, que esperemos llegue pronto –ya está aquí, enero de 2015–. Adelantándose a ésta –a su publicación en español–, Benjamin Black, su autor –pseudónimo que utiliza el escritor irlandés John Banville para firmar sus novelas del género negro o policiacas– acaba de sacar, ya traducida, su novela con Philip Marlowe de protagonista, The Black-Eyed Blonde (La rubia de ojos negros) –ver lectura–.

Pero, como decimos, Venganza es su penúltima novela de la serie. Y, como todas las precedentes, presenta una trama no demasiado enrevesada, quizá podríamos decir que sencilla, o mejor, con un misterio hasta fácil de resolver, que no obvio, porque lo que de verdad importa en estas novelas no es tanto la intriga como el desenvolvimiento de los personajes, principalmente de los protagonistas que aparecen en todas ellas, algo menos los otros. Y los que aparecen en todas ellas son, en primer lugar, Quirke, un patólogo o médico forense, con una poca demasiada curiosidad. También con evidentes problemas de bebida. También solitario, a pesar de sus habituales enamoramientos o desahogos sexuales en las sucesivas novelas, como iremos viendo. Y con él su entorno familiar, aunque su familia no sea estrictamente una familia al uso o, más bien, es lo contrario a una familia, lo más alejado de ella, y, precisamente por eso mismo, la personalidad de todos ellos y sobre todo de Quirke se vea afectada por ello.

Portada de El secreto de Christine
En Christine Falls (El secreto de Christine) se nos presenta el personaje en una trama, quizá la más compleja de todas ellas, donde el lector va a ir descubriendo a medida que avanza el argumento no sólo a Quirke sino también a su entorno familiar. Porque en realidad el misterio tiene que ver con los secretos escondidos que hay en su propia familia. Quirke, niño adoptado, que ha pasado la primera etapa de su vida en orfanatos y hospicios para niños, se va a encontrar envuelto en una investigación sobre, en principio, la causa de la muerte de una joven, Christine Falls, que, realizada la autopsia, no tiene nada que ver con la que pone en el expediente, que habla de una embolia pulmonar, cuando en realidad ha sido a causa de un parto donde la joven se desangró y de cuya hija se ha perdido cualquier rastro. Y es ese rastro, que Quirke va a ir siguiendo a pesar de las advertencias, como la paliza que se lleva a mitad de la novela y que le destroza una rodilla, a pesar de las personas envueltas, su familia más cercana, su padre adoptivo, el juez, ya jubilado, Garret Griffin, e, indirectamente, su hermano Malachy, y su familia política, el padre de su mujer Delia, muerta hace veinte años, y de la hermana de esta, Sarah, casada con su hermano, pero de la que siempre ha estado enamorado Quirke, el padre, decimos, el millonario Josh Crawford, mantenedor junto a otros, de una serie de hospicios en Boston y otros lugares de Estados Unidos, que acogen niños que luego serán repartidos por el país y que provienen de Irlanda. Y es ese rastro el que persigue la curiosidad de Quirke y que va a permitir desvelar ese tráfico de niños bastante alejado de la legalidad realizado por esas instituciones católicas y financiado por altos personajes dublineses.

Junto a ese descubrimiento, también en esta primera novela, podemos intuir los motivos del alcoholismo de Quirke, de su soledad, de su falta de empatía social, podríamos decir, y todo ello tiene que ver con la que en principio se nos presenta como su sobrina, Phoebe, hija de Sarah y Mal, pero que en realidad es hija del propio Quirke y de Delia, muerta, como Christine Falls, en el parto de su hija, y que a sus veinte años descubrirá lo que Quirke se ha negado a decirse a sí mismo y a ella y que le hará cambiar totalmente su propia personalidad y su vida, de una joven alegre y jovial, con ganas de salir al mundo, se convertirá en una ser apocado y escondido, como veremos en las sucesivas novelas de la serie.

Portada de El otro nombre de LauraDe ahí que en la siguiente, The Silver Swan (El otro nombre de Laura), la propia Phoebe no quiera apenas saber nada de Quirke, a pesar de los intentos de éste de dejar el alcohol y de alguna forma redimirse. Aunque en realidad la novela se nos presente esta vez en un principio como algo ajeno al ámbito personal de Quirke. Se ha encontrado muerta a una tal Deirdre Hunt y todo indica que se ha suicidado. Pero su marido, excompañero en la universidad de Quirke, acudirá a éste, encargado de la autopsia, para solicitarle que no la haga. Pero a medida que avanza el caso, se irá descubriendo que Deirdre Hunt también es Laura Swan, en una suerte de desdoblamiento que también se muestra en la propia estructura de la novela, cuando el autor nos va presentando a la protagonista en capítulos alternos con los de la propia investigación. De alguna forma esta estructura ya la había trabajado el autor en la novela anterior, aunque ahí el desdoblamiento era entre Dublín y Boston y tenía que ver con una trama secundaria, la de los padres adoptivos de la hija de Christine. En este caso, ese desdoble nos sirve para conocer a los otros implicados en la vida secreta de Deirdre, cuando es Laura, es decir, el doctor Kreutz y, sobre todo, Leslie Swan, o Silver Swan.

O'Connell Street Lowel desde River Liffey
Dublín (Foto: Archivo personal)

En esta segunda novela adquiere algo más de protagonismo el inspector Hackett, como alter ego de Quirke, que mantendrá en las siguientes, y sobre todo Phoebe, con su affaire postrero con Leslie y que nos señala una de las nuevas características que tiene, la de caer en el peligro de una forma casi intencionada, como una huída hacia delante.

Mayor protagonismo si cabe tendrá en Elegy for April (En busca de April), la tercera de la serie, donde el misterio se encuentra en la desaparición de April Latimer, uno de los miembros del cogollito, el grupo de amigos de Phoebe, que incluye a la desaparecida, médico residente en el hospital del propio Quirke, al periodista Jimmy Minor, al estudiante de medicina Patrick y a la actriz Isabel Galloway, además de la misma Phoebe. Y es ella la que pedirá la ayuda de Quirke, preocupada por su amiga. Nuevamente las mentiras familiares, esta vez de los Latimer, de la alta burguesía de Dublín, serán las causantes de los hechos posteriores.

Portada de Muerte en veranoPortada de En busca de April

Del mismo modo que en A Death in Summer (Muerte en verano), el pretendido suicidio de Richard Jewell, otro adinerado hombre de negocios, es un asunto de familia. Aunque aquí, encontramos de nuevo las huellas de aquellos Caballeros de San Patrick que ya aparecieron en Christine Falls, y su implicación en esas instituciones para niños sin hogar, con un oscuro asunto de pederastia como el trasfondo oscuro de todo. En esta novela se desarrolla e introduce un nuevo protagonista, el ayudante de Quirke en el departamento de patología del Hospital de la Sagrada Familia, David Sinclair, un judío que acabará teniendo relación con Phoebe, como veremos en Venganza.

El título de esta última es bastante explícito a la hora de determinar el origen del suicidio de Victor Delahaye y de la muerte de su socio Jack Clancy. Ambos pertenecientes a dos familias fuertemente relacionadas en los negocios y en su vida personal, y esas tensas relaciones son el meollo de la trama de esta quinta novela. Es de las cinco –ver lectura de la sexta, Órdenes sagradas / Holy Orders– en la que menos ocupan protagonismo los personajes habituales y su aparición e implicación es más tangencial. Incluso Dublín comparte protagonismo con el condado de Cork. Por eso nos damos cuenta de que la curiosidad de Quirke se torna en el elemento imprescindible en la serie y quizá por donde decae incluso, ya que nos alejamos precisamente de lo que la había sostenido hasta ahora: los problemas familiares, no de otros como aquí, sino del propio Quirke y sus allegados.  
  





2006. Christine Falls (El secreto de Christine).
2007. The Silver Swan (El otro nombre de Laura).
2010. Elegy for April (En busca de April).
2011. A Death in Summer (Muerte en verano).
2012. Vengeance (Venganza). Lectura
2013. Holy Orders (Órdenes sagradas). Lectura

domingo, 6 de abril de 2014

Doble silencio, de Mari JUNGSTEDT





Con los libros policiacos de Mari Jungstedt hay que tener en cuenta una prevención al afrontarlos: su fácil lectura. Utiliza un lenguaje sencillo, llano, descriptivo, tanto de personajes como de lugares; sus capítulos son cortos, de digestión ligera, alternos y dinámicos; sus crímenes tienen el grado justo de crueldad y de sangre; y sus personajes son dulzones en su mayoría, tanto los puntuales de cada novela como los habituales de todas ellas, por más que se esmere en presentarnos conflictos psicológicos graves para de alguna manera justificar los actos posteriores.

Y con esa prevención en mente, acaba de aparecer y ya está dispuesto a ser leído: Den dubbla tystnaden (Doble silencio –por una vez bien traducido el título–), el séptimo volumen de la serie traducido al español, aunque en su lengua original, la sueca, este año, para mayor precisión, el próximo mes, ya está previsto que se publique el duodécimo, Den man älskar, algo así como “La persona que amas”, como se ve en la bibliografía de abajo, del que habrá que esperar unos años para conseguir leer su traducción –en torno a cuatro o cinco años suele ser la media–, pero ¿tenemos urgencia por leerlo?, es lo que nos tendríamos que preguntar. Dejémoslo por el momento.

En este libro, nos referimos a Doble silencio, vuelven a aparecer el comisario Anders Knutas y la subcomisaria Karin Jacobsson, y también el periodista Johan Berg, por fin establecido casi completamente en la isla de Gotland, y su ya esposa Emma Winarve, es decir, los personajes habituales. Junto a ellos la trama comienza con la descripción de las relaciones de amistad de tres parejas, Sam y Andrea, John y Beata y Håkan y Stina –con sus hijos respectivos, aunque estos no aparezcan en ningún momento– que viven en un barrio lujoso de Visby, Terra Nova, y que deciden irse de vacaciones juntos a la isla de Fårö, al norte de Gotland, porque se celebra la semana dedicada al director de cine Ingmar Bergman. Aquí quedará la primera víctima.

Y en este caso es la isla de Fårö y luego la pequeña isla de Stora Karlsö, al oeste de Gotland, reserva protegida por sus miles de aves –araos y alcas–, las que cobran protagonismo. Porque la otra característica primordial de estas novelas es que suceden en la isla de Gotland, con su bella capital, la ciudad medieval de Visby, y en las pequeñas islas cercanas, no en vano al ciclo se le podría llamar La serie de Gotland, como hace su editorial en España, si bien hay otros autores suecos (ver Anna Jansson, por ejemplo) que podrían apropiarse del mismo título.


Como decimos, ese protagonismo que normalmente es secundario en las novelas, como es el del paisaje, el del entorno, aquí cobra un realce mayor y la propia autora intenta sacarle partido de una forma muy obvia. Si repasamos los títulos publicados hasta ahora –y nos vamos a ceñir sólo a los traducidos al español–, los decorados externos, los idílicos decorados externos son el contrapunto perfecto a los sucesivos motivos criminales. Así en la primera novela de la serie, Den du inte ser (algo mal traducida como Nadie lo ha visto), ya apareció la isla de Fårö y su espléndida playa de Norsta Auren, y allí se producirá la persecución final de Emma Winarve, aunque antes, en otra playa cerca de Flöjel se dará la primera muerte, la de su amiga Helena Hillerström, donde comienza todo. O en la tercera, I denna stilla natt (traducida como Nadie lo ha oído, imitando a los títulos de las traducciones al inglés, aunque más bien significa “En esta noche silenciosa”), las excavaciones de un poblado vikingo nuevamente en Fröjel, al sur de Visby, son el perfecto escenario del asesinato de una joven holandesa, estudiante de arqueología, Martina Flochten, con el que se inicia el caso, que luego, hacia el final, derivará en el descubrimiento de una especie de secta –pero no vamos a entrar en ello–. O en la siguiente, Den döende dandyn (traducida El arte del asesino, cuando su título es “El dandi moribundo”, como se llama un cuadro que tendrá cierto protagonismo en la novela), donde el galerista de arte moderno Egon Wallin aparece colgado en la mismísima puerta de Dalmansporten, de la muralla medieval de Visby, aunque en este caso el pequeño Visby comparta protagonismo con la gran Estocolmo. O, para terminar, en I denna ljuva sommartid (Un inquietante amanecer, aunque signifique “En este encantador verano”), la pequeña y paradisíaca isla de Gotska Sandön, situada más al norte de Fårö, será escenario de unos hechos ocurridos en 1985, veinte años antes del asesinato de Peter Bovide en la playa de Sudersand, en la isla de Fårö.



Como vemos, el escenario es primordial, y junto a él, las historias personales. Principalmente, al menos en las primeras cinco novelas, las turbulentas relaciones, propias de telenovela, de Emma y el periodista Johan Berg. Haciendo un repaso, el culebrón sería así: flechazo en la primera novela, a pesar de que Emma esté casada y tenga dos hijos, enamoramiento en la segunda, divorcio de Emma y nacimiento de su hija en común, Elin, en la tercera, planes de boda y separación en la cuarta y boda final y a lo grande en la quinta (aunque Emma llegue media hora tarde a la ceremonia). Después parece que todo se calma, aunque en la sexta Emma sin preverlo se vuelva a quedar embarazada y casi muera en el intento de salvar a la víctima en la escena final de la novela. Porque esta pareja está aquí, en realidad para pasarlo mal. Emma casi muere en la resolución del caso de la primera novela, en la tercera será Johan al que le claven un cuchillo, en la cuarta su hija en común, Elin, será secuestrada al final, lo que provocará una nueva separación.

Y la otra pareja, aunque no sea tal –por ahora, la del comisario Anders Knutas y la subcomisaria Karin Jacobsson, en principio llevan una vida más tranquila, sobre todo Knutas, felizmente casado con la matrona danesa Line y con dos hijos. Pero todo se tuerce en la quinta de la serie, Un inquietante amanecer, sobre todo para Karin, al descubrirse su pasado, cuando con quince años fue violada, se quedó embarazada, tuvo una hija y sus padres la entregaron en adopción. En cuanto a Knutas, será en la sexta, Den mörka ängeln (La falsa sonrisa o, mejor, "El ángel de la oscuridad") cuando la relación con sus hijos, ya adolescentes, empieza a naufragar, sobre todo con Nils. Y en esta última su propia y gran relación de pareja parece que ya no lo es.

Pero lo que nos incumben son los casos, y como se puede apreciar los hemos dejado para el final, ¿por qué? Porque en realidad tienden a ser planos y fácilmente se ve la trampa, a pesar de o precisamente por esas partes donde nos remontamos al pasado de los asesinos, que aparecen en todas las novelas, y donde vemos las causas de los hechos posteriores y los consiguientes desequilibrios –que los hay y muchos que los provocan, y propiamente investigación investigación hay poca y al final se resuelven porque se tienen que resolver si no la novela quedaría inacabada y sobre todo no se presentaría la ocasión para hacer que los protagonistas pasen las de Caín, como hemos visto. Y menos mal, que en las dos o tres últimas –de las traducidas– la autora ha optado por no hacer al final un capítulo resumen explicando los motivos de los asesinos como si los lectores fuesen auténticos ineptos.       
   
  




2003. Den du inte ser (Nadie lo ha visto).
2004. I denna stilla natt (Nadie lo ha oído).
2005. Den inre kretsen (Nadie lo conoce).
2006. Den döende dandyn (El arte del asesino).
2007. I denna ljuva sommartid (Un inquietante amanecer).
2008. Den mörka ängeln (La falsa sonrisa).
2009. Den dubbla tystnaden (Doble silencio). Lectura
2010. Den farliga leken.
2011. Det fjärde offret.
2012. Den sista akten.
2013. Du går inte ensam.
2014. Den man älskar. [Pendiente de publicación en mayo del 2014]

lunes, 24 de marzo de 2014

El sueño eterno, de Raymond CHANDLER




The Big Sleep (El sueño eterno), publicada en 1939, fue la primera novela que compuso Raymond Chandler y decimos componer porque lo que hizo fue un ejercicio de composición, no musical –que también–, sino de poner al lado, de juntar, de unir –como la literalidad de la palabra indica: “poner con…”–. Porque lo que hizo Chandler, repetimos, es unir dos cuentos previos “Killer in the Rain” (“Asesino en la lluvia”) y “The Curtain” (“El telón”), publicados anteriormente en la revista Black Mask en enero de 1935 y septiembre de 1936 respectivamente. Los juntó, los unió, los entremezcló y los alargó, les añadió nuevos capítulos, nuevos personajes y cambió el nombre a los que ya había y sobre todo, sobre todo, creó a partir de los dos detectives que salían en los dos cuentos previos a Philip Marlowe. Ésa es la verdadera creación de Raymond Chandler.

9788490061701
Porque es Philip Marlowe el que lo une, ensambla, entreteje y arma todo el engranaje de El sueño eterno. Es él el que lo articula, le da forma, lo enaltece y lo soluciona. Y, a la vez, es él el que se crea a sí mismo, montando, ensamblando, investigando, protegiendo y escarbando en el galimatías en que se había ido desarrollando toda la acción de la trama. Porque Marlowe se crea aquí, en la novela, aunque ya en el cuento “Finger Man” (“El confidente”, como se ha traducido recientemente, o “El denunciante”, como se tradujo antes), aparezca y tenga alguno de sus rasgos, pero aún no llevaba el nombre de nuestro protagonista, no era el suyo originalmente, fue el propio Chandler quien lo rebautizó, considerando que sus características esbozaban o eran muy similares a las que luego tendría el protagonista de todas sus novelas. Y no sólo utilizó al protagonista, sino que algunas escenas de ese mismo cuento también están en la novela. Hablamos de la de la ruleta, cuando la chica consigue que el dueño del local Las Olindas –ese garito es el mismo tanto en el cuento como en la novela, no el que lo regenta–, acepte su apuesta de todo o nada. Ya que eso sí, a partir de ahí, Marlowe será ya el protagonista único, el que aparecerá en todo lo escrito posteriormente por Chandler dentro de la novela criminal, se entiende –pues, en contra de lo que la mayoría de la gente piensa, Chandler en los años cincuenta escribió y publicó algunos cuentos de temática fantástica–. Es decir, siete novelas más un último cuento “The Pencil” (“El lápiz”) –aunque su título originalmente en 1959 fue el de “Marlowe Takes on the Syndicate”– y una novela inacabada, como se ve en la bibliografía abajo. (¿Podríamos añadir a su serie la novela de Benjamin Black, The Black-Eyed Blonde, traducida como La rubia de ojos negros, recién publicada en este 2014? Ver lectura de la obra.)

En el primer párrafo de El sueño eterno el propio Marlowe se describe a sí mismo, externamente eso sí: su forma de vestir, que no cambiará ya nunca, su aspecto físico y, para terminar, una introspección final. Y todo eso, él mismo, sólo lo es para sus clientes, un detective privado sólo se hace porque va a visitar y va a trabajar para otros, aunque luego el resultado de su labor, de sus pesquisas, de su actuación pueda beneficiar o perjudicar, según se mire, a su cliente. Porque si algo desprende Marlowe constantemente es su absoluta independencia, pero también, en contra de lo que parece, su fidelidad al cliente, hasta que las circunstancias digan lo contrario.





En este caso la fidelidad hacia el general Sternwood y, a pesar de todo, también hacia sus hijas, Vivian y Carmen, llega hasta el final, aunque los hechos pudieran propiciar lo contrario. Y las actitudes de ambas no sean las más allegadas, aunque flirteen y hasta, en el caso de la segunda, se expongan desnudas delante de Marlowe dentro de su cama y en su propio apartamento.

9788490063859El sueño eterno se inicia con dos casos en uno, un chantaje y una desaparición –motivos de “Killer in the Rain” y “The Curtain”–. El chantaje tiene que ver con las dos hijas del general y la desaparición aunque sea del marido de Vivian tiene que ver más con el propio general. Y lo que parecen dos asuntos distintos empezarán a tomar cuerpo de uno solo a medida que se vayan agregando invitados a la fiesta y Marlowe se vaya introduciendo en la compleja vida de su cliente, en realidad, de las hijas de su cliente.

Y mientras las escenas se van sucediendo a través de las potentes comparaciones e imágenes de Chandler, la ironía y el cinismo completan el resto a través de los diálogos. Pues la actitud de Marlowe se expresa por medio del trato que dispensa a cada uno y, por ejemplo, no es igual la manera en la que habla con el general y la manera con la que habla a cada una de las hijas, aunque en ambas sea un cínico y la ironía impere sobre todo lo demás. Y son las palabras de Marlowe con las que habla a cada uno de ellos como también están descritos éstos, no sólo descritos sino completados. Desde la primera escena en la que aparece Carmen Sternwood nos damos cuenta de cómo es, no sólo por lo que ella dice o hace, ni siquiera por cómo es descrita su maniática manera de chuparse el pulgar, sino que sólo por cómo le habla Marlowe ya se deja entrever su desequilibrio, y la manera en cómo la trama posterior tiene que ver con eso mismo.

No vamos a entrar en los caminos no cerrados, como en este caso puede ser la muerte del chófer Taylor, porque queda como un aspecto secundario y no interesante, porque los derroteros van por otro lado, porque la deriva va por otro lado, y Taylor deja de ser interesante casi desde el mismo momento en que aparece muerto, no importa; en cambio sí importan las actitudes de los vivos y sus comportamientos y con ellos el ritmo, porque sus acciones, ante todo y principalmente las de Marlowe van marcando ese ritmo, un ritmo constante que no decae en ningún momento con el que se van amalgamando las situaciones, en ese collage de escenas en el que se ha convertido la novela, pero un collage que al final presenta una estructura muy marcada y muy medida. Y que se cierra como un círculo cuando Marlowe se encuentra con Carmen a la entrada de la casa del general, en Alta Brea Crescent, West Hollywood, como en la primera escena, y se descubre todo.


West Hollywood, L. A. 

Nos falta hablar de las mujeres, de las otras mujeres, a parte de las dos hijas del general, que van apareciendo a medida que transcurre todo, Agnes en la trama de Geiger y del chantaje, junto a Brody; y Silver-Wig, en la otra, la de la desaparición del marido de Vivian, Rusty Regan, presunta amante de éste y mujer de Eddie Mars, el dueño de Las Olindas. Las hemos dejado para el final, porque con ellas completamos el cuadro de las mujeres de Marlowe, las cuatro: la loca o desequilibrada, la vividora o fatal, la inconsciente o utilizada y la que se deja engañar por amor o ingenua. Todas las que saldrán después, en el resto de novelas, o las que han salido antes, en los veintitantos cuentos previos tienen esos rasgos ya mezclados o desunidos, pero así son todas ellas.        

    



1934. “Finger Man” (“El denunciante”/“El confidente”). [Primer cuento donde aparece Philip Marlowe]

Novelas
(1) 1939. The Big Sleep (El sueño eterno). Lectura
(2) 1940. Farewell, My Lovely (Adiós, muñeca).
(3) 1942. The High Window (La ventana alta).
(4) 1943. The Lady in the Lake (La dama del lago).
(5) 1949. The Little Sister (La hermana pequeña).
(6) 1953. The Long Goodbye (El largo adiós).
(7) 1958. Playback (Playback).

1958. “The Pencil” (“El lápiz”). [Cuento. Último texto acabado donde aparece Philip Marlowe]

1959. The Poodle Springs Story (La historia de Poodle Springs). [Novela inacabada, terminada por Robert B. Parker]

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2014. The Black-Eyed Blonde (La rubia de ojos negros). [Escrita por Benjamin BLACK] Lectura