Lectura
1 (de Tatuaje a Los pájaros de Bangkok)
Normalmente
cuando alguien hace un comentario de nuevo sobre las novelas de Manuel Vázquez
Montalbán y en concreto sobre alguna de las novelas de la serie de Carvalho es
porque se cumple alguna efeméride. No sabemos por qué, pero esto es así. Es
decir, ahora podríamos decir que esta lectura viene al caso porque este año se
cumplirían los 75 años de Vázquez Montalbán o los 75 de Pepe Carvalho, porque
según los datos que aparecen en las novelas también Carvalho nació en 1939. o
–seguimos– se cumplirían los 35 años de la consagración de la serie con la
concesión del premio Planeta a esta novela que nos ocupa, Los mares del sur, o…
Pero no, no es el caso. Esta lectura no viene al caso de nada. Es simplemente
una lectura que se le debía o se le debe a uno de los mejores escritores de
novela negra –y no nos limitamos a ninguna nacionalidad–, y en un blog de
novela negra no puede faltar, sin más.
Y como
este blog tiene la maldita costumbre de leerse o intentar leerse todos los
libros de las series correspondientes para intentar encontrar un hilo que los
una –que no siempre existe– y porque, si uno empieza una serie, hay algo que le
impulsa a no abandonarla –si la serie lo merece, claro–, pues, como no podía
ser menos, vamos a intentar llevarlo a cabo con la serie de Carvalho.
Y para
esta ocasión, al ser quince las novelas, a las que se uniría esa primera que no
es la primera –luego justificaremos por qué decimos esto– de Yo maté a Kennedy
y además una serie de cuentos donde el protagonista también es Carvalho, vamos
a dividir las lecturas. Así haremos una primera lectura desde Yo maté a Kennedy
–sí, la incluimos, aunque sólo sea para descartarla– hasta Los pájaros de
Bangkok, es decir –ver bibliografía abajo– hasta la quinta. E intentaremos
dedicar tres lecturas más que distribuiremos como sigue: lectura 2: de La rosa
de Alejandría a Roldán, ni vivo ni muerto; lectura 3: de El premio a la última,
Milenio Carvalho II: En las antípodas; y, por último, intentaremos hacer una
lectura global de los cuentos de Carvalho, cuyos volúmenes sueltos detallamos
en la bibliografía, aunque ya han aparecido agrupados en alguna edición.
Porque
esa es otra, Vázquez Montalbán y en concreto Carvalho ha sido
extraordinariamente beneficiado por los dioses de las ediciones, hay muchas,
muchísimas ediciones de sus obras, en los últimos años ha vuelto a aparecer
otra edición de sus novelas de la serie agrupadas por temática parece ser y,
por tanto, si alguien está dispuesto a seguir leyendo a Carvalho no tiene más
que recurrir a las librerías de libro nuevo y si es un poquito más ahorrador a
las librerías de libros de segunda mano y se encontrará con todo el arsenal de
las ediciones de las novelas de Carvalho –personalmente la edición que me gusta
es la Serie Carvalho de Planeta, unos libros negros con la foto de Vázquez
Montalbán encima del título y fotografías más que contundentes debajo, aunque
si no estoy equivocado la serie no se llegó a completar, le faltan los cuatro o
cinco últimos títulos–.
Pero
empecemos, después de este largo, larguísimo excursus, como si tuviésemos que
justificarnos, en fin…
La
primera aparición de Carvalho es en Yo maté a Kennedy, como ya hemos dicho,
pero aquí ni es detective privado ni es el protagonista y, algo aún más
importante, el estilo, mientras las novelas de Carvalho son la típica novela
naturalista de serie negra, con sus matices, claro, ésta de Yo maté a Kennedy
es una novela experimental muy dada en la época de su publicación dentro de la
literatura española, que ya había empezado con la moda allá por los primeros 60
con Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, pero a las que habría que añadir
las de Juan Goytisolo y otros, y ésta misma de Vázquez Montalbán.
Donde sí
se inicia la serie es en Tatuaje en la que un Carvalho de treinta y siete años
aparece así retratado: “hombre alto, moreno, treintañero, algo desaliñado a
pesar de llevar ropas caras de sastrería del Ensanche…”, y posteriormente en
diálogo con Teresa Marsé, una de las amantes del asesinado del tatuaje –que
luego también aparecerá en Los pájaros de Bangkok– se define como “un ex poli,
ex marxista y gourmet”. Y aquí tenemos al Carvalho retratado por sí mismo que
aparecerá en sus novelas. Por tanto, ya tenemos lo principal. Pero también está
su relación con Charo, una prostituta de clientes fijos que no hace la calle,
una relación que mantendrá a lo largo de las novelas, y el trato con su
confidente el Bromuro, que también será continuado, pero todavía no con
Biscuter, su fiel cocinero y secretario, ex convicto, que vivirá en su oficina
de la Rambla de Santa Mónica, pero que aparecerá en la siguiente, La soledad
del manager. Sólo nos falta por ahora, el abogado Enric Fuster, el vecino comensal
con el que se da esas comilonas impresionantes que también va describiendo a lo
largo de las novelas.
La trama
de Tatuaje se presenta por la aparición en la playa, desnudo, de un cuerpo de
un joven con un tatuaje en la piel y la contratación de Carvalho por parte del
gerente de una peluquería para descubrir la identidad de ese joven. Las
pesquisas le llevan a otro elemento que es una constante en sus novelas, el
viaje, en este caso a Amsterdam, para descubrir los antecedentes de ese joven
desconocido –mucho se ha hablado de la serie de Carvalho como la plasmación
perfecta de Barcelona, que lo es, pero se obvio que una característica señera
de la misma es la presentación de otros lares, como huyendo precisamente de
éste–. El viaje, decimos, es algo habitual, aunque ni en La soledad del manager
ni en la siguiente, Los mares del sur, se dé explícitamente, aunque sí se da de
alguna forma. En La soledad del manager está presente en los flashback, en los
recuerdos de la juerga que se corrieron en San Francisco y Las Vegas, Carvalho,
cuando aún era agente de la CIA, junto a los dos muertos de la novela, el
manager de la Petnay, Antonio Jaumá, y un inspector de la misma, el alemán
Rhomberg. Jaumá es encontrado asesinado con unas bragas de mujer en el bolsillo
y Carvalho será contratado por la viuda de Jaumá porque no se cree que todo se
daba a un asunto de faldas. También el viaje está presente en Los mares del
sur, aunque en este caso son dos viajes, uno ideal o idealizado a esas islas
maravillosas del sur asiático y otro al barrio periférico de San Magín, realizado precisamente por el constructor del mismo y protagonista muerto que
propicia el caso, Stuart Pedrell. Ese viaje, pues, está presente de forma
simbólica de múltiples maneras. También aparece en las dos siguientes, si bien
en la que sigue, Asesinato en el Comité Central, el viaje es a Madrid, y a las
entrañas del que fuera su partido político, el PCE, el partido comunista, para
investigar la muerte de su líder, Fernando Garrido, en plena asamblea del
partido. Viaje éste al interior político del comunismo español y viaje físico a
las calles del Madrid más céntrico. Y, por último, un viaje esta vez no
simbólico a Tailandia, en Los pájaros de Bangkok, para encontrar a Teresa Marsé
–ya mencionada–, huida junto a su nuevo amante, Archit, un gigoló de Bangkok
dedicado al pequeño trapicheo al que se le ha ido la mano, y perseguida por eso
por uno de los capos de la ciudad, Jungle Kid.
Al pinchar se observa la Rambla de Santa Mónica, donde tiene la oficina Carvalho |
En fin –terminamos este comentario que se ha alargado demasiado–, si algo tiene la serie
de Carvalho, y Los mares del sur es un exponente excepcional, es su capacidad
para trasladarnos, es decir, para dirigirnos, para llevarnos con él, sin que
nos demos cuenta o sí –y ahí está la excelencia– hacia territorios físicos,
simbólicos, ya políticos o sentimentales ya emotivos e ideológicos que
transitamos encantados a pesar de que lo que perseguimos sea quizá lo peor de
todo, el dolor que provoca el desvelamiento, y aquí empleamos la expresión en
su sentido etimológico de quitar el velo, que es lo que significaba desde los
griegos la palabra verdad.
(0)
1972. Yo maté a Kennedy. [Aparece Carvalho como agente de la CIA]
(1) 1975.
Tatuaje.
(2) 1977.
La soledad del manager.
(3) 1979.
Los mares del sur. Lectura 1
(4) 1981.
Asesinato en el Comité Central.
(5) 1983.
Los pájaros de Bangkok.
(6) 1984.
La rosa de Alejandría.
(7) 1986.
El balneario.
(9) 1991.
El laberinto griego.
(10) 1993.
Sabotaje olímpico.
(11) 1994.
Roldán, ni vivo ni muerto.
(12) 1996.
El premio.
(13) 1997.
Quinteto de Buenos Aires.
(14) 2000.
El hombre de mi vida.
(15) 2004. Milenio Carvalho I: Rumbo a Kabul.
(16) 2004.
Milenio Carvalho II: En las antípodas.
Libros
de relatos o relatos donde aparece Carvalho:
1987.
Historias de padres e hijos.
1987.
Tres historias de amor.
1987.
Historias de fantasmas.
1994. El hermano pequeño.
1997. "La
muchacha que pudo ser Emmanuelle". [Incluido en Cuentos negros, 2011]