Duca
Lamberti es un ex médico que perdió su licencia debido a que ayudó a morir a
una anciana enferma de cáncer. Es decir, lo primero que sabemos de Duca
Lamberti y lo primero que nos muestra Giorgio Scerbanenco sobre su personaje es
un problema filosófico-moral: la eutanasia.
Y eso es
lo que distingue y diferencia a Duca Lamberti y a las cuatro novelas de la
serie donde él es protagonista con respecto a otras series/novelas policiacas:
la capacidad de trascender los problemas sociales y legales cotidianos hacia un
ámbito de ideas y de sentimientos que para determinada gente estaría fuera del
lenguaje de la novela policiaca pero que Giorgio Scerbanenco arriesgadamente sabe
amalgamar y que en gran medida podemos ver en I ragazzi del massacro (Muerte en
la escuela).
Su
originalidad radica en que mezcla dos tipos de lenguajes: el rudo y negro de la
delincuencia –aunque matizado a veces por muchos eufemismos sexuales–, donde la violencia y la sangre están muy presentes, y el lenguaje
cargado de un cierto transfondo filosófico y reflexivo y todo dentro de unos
argumentos en general bien entramados donde el mundo de la prostitución es un
lugar común.
Piazza del Duomo. Milano. Foto: Archivo personal |
De las cuatro será I ragazzi del massacro la mejor con diferencia, en la que Scerbanenco hace un esfuerzo por mostrarnos el lado oscuro de la sociedad donde el contexto hace que chicos adolescentes no sepan delimitar los bueno de lo malo y se vean envueltos en la violación y asesinato de su profesora Matilde Crescenzaghi. Aquí la vida personal del propio Lamberti también está más desarrollada, acentuándose con la muerte por pulmonía de su nieta de dos añitos. Los sentimientos ocupan un lugar primordial en esta novela y no sólo los personales sino los que provoca el propio crimen tan brutal e injustificable.
La
cuatrilogía acaba con I milanesi ammazzano al sabato (Los milaneses matan en
sábado) en un caso nuevamente de prostitución, pero también de rapto y de
asesinato. En esta última novela Lamberti ya es plenamente policía y no sólo
eso sino que al final de la misma también recibe de nuevo la licencia para
ejercer de médico. Es decir su vida personal –vive con Livia Ussaro felizmente
en su apartamento de la plaza Leonardo Da Vinci de Milán– y profesional es de
alguna forma plena, no lo es el mundo en el que vive capaz de prostituir a una
disminuida psíquica. Nuevamente la venganza, como ya ocurrió en la segunda
novela de la serie, se convierte en la verdadera justicia ya que la justicia y
en este caso los que persiguen a los culpables, los que intentan ayudar a
ejercerla, siempre van por detrás y siempre llegan tarde y muchas veces ni
siquiera puede llamarse como tal.
1966.
Venere privata. (Venus privada)
1966.
Traditori di tutti. (Traidores a todos)
1968. I
ragazzi del massacro. (Muerte en la escuela) Lectura
1969. I
milanesi ammazzano al sabato. (Los milaneses matan en sábado)
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