La
novedad de las novelas policiacas de Christian Schünemann es que el detective
es un peluquero. Y esa novedad tiene la valentía de lo imprevisto pero también
la rémora de lo fuera de lugar. Y eso afectará sobre todo en la resolución de
los casos, más que en el propio desarrollo de los mismos.
Todos
podemos ser inquisitivos y curiosos e ir por ahí interrogando e indagando y
haciendo suposiciones e hipótesis y desentrañando enredos o enredándonos en
ellos, eso es algo que va en la naturaleza humana, quizá más en unos que en
otros, cómo no, pero ninguno de nosotros estamos capacitados para hacer que los
asesinos se nos derrumben a nuestro alrededor y se nos declaren sólo porque sí,
sin que corramos ningún riesgo en absoluto de cualquier reacción amenazante por
parte de alguien que ya ha probado la facilidad de cometer un asesinato
impunemente.
Daily
Soap. Ein Fall für den Frisör. (La telenovela) es el cuarto caso
del peluquero. En este caso el ambiente es el de un estudio de televisión donde
se graba una serie de más de 5000 programas y veinte años de emisión. Por tanto
las envidias, los endiosamientos y las intrigas propias de ese ámbito serán los
obstáculos y las motivaciones que van a ir surgiendo a medida que avance la trama.
En realidad todas las novelas del peluquero siguen en ese sentido un mismo
patrón. Lo único que ha hecho el autor es trasladarlo de un ambiente a otro.
Así la
primera, Der Frisör (El primer caso del peluquero), se desarrolla en el mundo
de la redacción de una revista de moda, de mujeres sofisticadas y caprichosas; la segunda, Der Bruder (El hermano),
dentro del mundo del arte, de las galerías y de los pintores y artistas que se
intentan hacer un hueco en ese entramado de relaciones y competencias; y la
tercera, Die Studentin (La estudiante), dentro del ámbito universitario, entre
estudiantes que intentan labrarse una carrera en el mundo de la investigación y
profesores y catedráticos que buscan su lugar de poder y de éxito en ese contexto
no menos competitivo. Quizá éste sea el que menos tenga que ver con una
peluquería y con un peluquero de fama, cuyas clientas habituales suelen ser
mujeres de un nivel social normalmente alto. Pero el autor bien que mal se las
va arreglando en cada una de ellas para que su peluquero protagonista
homosexual no desentone del todo en los distintos escenarios. Para eso lo va
rodeando de elementos o personajes que de alguna forma le introducen en
aquellos. Tiene un novio ruso que trabaja con una marchante de arte (segundo
caso) o se trae a una au-pair inglesa para que cuide de sus sobrinos y se
introduzca y le introduzca en el mundo universitario muniqués (tercer caso) o
son sus propias clientas la excusa perfecta para ello, una redactora en el
primer caso o una actriz de serial en el cuarto.
Y todo
ello mezclado pero no agitado dentro del mundo de una peluquería de moda de un
peluquero conocido, con sus tijeras, alisadores para el pelo y todo tipo de
tintes y cremas para hacer resaltar la belleza sofisticada dentro de una
intriga con muertos de por medio.
La
telenovela se desarrolla casi enteramente en Munich, y en eso se diferencia en algo
de las anteriores, donde el protagonista hace algunas escapadas por Moscú,
Londres, Niza o la capital de Islandia, llevado por sus relaciones personales o
profesionales, otro rasgo cosmopolita que podría enriquecerlas, pero que al
igual que ocurre con la psicología de los personajes nos quedamos en la mera
superficie. Quizá porque la superficialidad sea una característica de nuestra época
o porque cuando nos quedamos en la superficie por lo menos no nos ahogamos
demasiado.
2004.
Der Frisör. (El primer caso del peluquero)
2009. Die Studentin. Ein Fall für den Frisör. (La estudiante)
2011. Daily Soap. Ein Fall für den Frisör. (La telenovela). Lectura
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