
Carl
Morck es el subcomisario que lleva el mayor peso en el desarrollo de las
tramas. Es un policía del que todos se empeñan que está traumatizado por lo que
les ha ocurrido a sus anteriores compañeros –uno muerto y el otro postrado en
una cama sin apenas ninguna movilidad– en su presencia, pero tanto su desidia en el
comportamiento como sus pensamientos y comentarios sarcásticos en muchos
momentos nos lo acercan y empatizan. Assad es su compañero, de procedencia
siria, apareció en la primera novela (Kviden i buret o La mujer que arañaba las
paredes, como atrozmente se la ha traducido aquí) como el que limpiaba las
dependencias del sótano donde fue reciclado Carl Morck como el responsable de poner en marcha el nuevo Departamento especial Q encargado de casos antiguos sin
resolver. Pero, Assad, como decimos, va a ser mucho más que eso, va a ser un
inspector más sin placa, pero con mucha intuición, extremadamente trabajador
(como que vive en la comisaria) y experto en el cuerpo a cuerpo, pero sobre
todo sin historia: no sabemos de dónde viene exactamente ni cómo ha aparecido
como ayudante de Morck. En cuanto a Rose (o Yrsa) que apareció como la
secretaria en la segunda novela (Fasandreaberne o Los chicos que cayeron en la
trampa) es una mujer excéntrica con muy mal humor y que sufre de doble
personalidad que cambia cuando le viene en gana (en la tercera novela
Flaskepost fra P o El mensaje que llegó en una botella se convertirá en su
hermana Yrsa). Pero a pesar de ser todos ellos ciertamente extravagantes, nos
sumergimos en los casos con su misma pasión.

2007. Kvinden
i buret. (La mujer que arañaba las paredes)
2008. Fasandraeberne.
(Los chicos que cayeron en la trampa)
2009. Flaskepost
fra P. (El mensaje que llegó en una botella)
2010. Journal
nr 64. (Expediente 64) Lectura
2012. Marco
Effekten.