Según palabras del Presidente de México, la “policía (es)
incapaz, corrupta e impreparada”. Edgar Mendieta, el Zurdo, pertenece a la
Policía Ministerial del Estado. Y trabaja en Culiacán, del estado de Sinaloa,
lugar donde nació y vive. El Zurdo Mendieta a veces es incapaz, ya por razones
externas, la mayoría, ya por razones internas, somos humanos; a veces es
corrupto, las menos, pero a veces; y a veces no está preparado –pero no por
falta de preparación– para lo que le va a venir, aunque lo vea venir, porque el
elemento circunstancial, es decir, todo lo que le rodea es tan inestable como
la nitroglicerina líquida, que en cualquier momento todo puede saltar por los
aires, incluido él, incluso, él el primero.
Antes de Nombre de perro, Élmer Mendoza, su autor –cuyas
iniciales son las mismas que las del personaje, y no sólo las iniciales sino
que los mismos rasgos físicos también son muy parecidos o similares, ese pelo
de asterisco…–, ha publicado otras dos: Balas de plata y La prueba del ácido.
En las tres el protagonista es el Zurdo, aunque comparte su preponderancia con
dos más: el contenido y el continente, o mejor, la droga y el lenguaje de la
droga, o mejor aún, el narco y el habla, o todavía más, la lengua del
narcotráfico, de los narcos y de los que los combaten, que al fin y al cabo y
sin remedio no deja de ser la misma, es la misma y ya no sé si estamos hablando
de palabras o de acciones y ya no distingo muy bien si son dos o uno o una, la
misma lengua mexicana, la que hablan y en la que se entienden aunque no se
entiendan, aun siendo la misma.
Y eso mismo es lo que le da su relevancia a las novelas
de Mendoza y eso mismo las torna difíciles, porque no es fácil entrar en ellas,
para poder hacerlo hay que empezar a entender esa lengua, como el que aprende
un nuevo idioma y no sólo hay que entenderlo sino que después hay que hablarlo
y hablarlo aún es algo más difícil y para hablarlo qué mejor enseñanza que
entrar dentro de las tramas y sentirse uno más dentro de las novelas e
intentar, eso sí, no saltar por los aires o no convertirse en colador, porque
entonces ahí no más.
Acabamos con Nombre de perro, del 2012. Todo empieza con
el acribillamiento en la consulta de un dentista, el doctor Manzo, y continuará
con la muerte de algunos otros, pero aquí el asesinato en serie no es algo de
un autor solitario como en otros lares, aquí tiene que ver con otro tipo de
asesinos, que siempre van en grupo, en este caso el de la Tenia. Pero la trama
paralela al final tiene mayor protagonismo, la del asesinato de la compañera de
Samantha Valdés, Mariana Kelly, durante una reunión entre narcos para hacer
frente a los ataques que vienen de la presidencia. Y será la propia Samantha la
que pedirá al Zurdo que le devuelva algún que otro favor encontrando al asesino
de Mariana.
Colonia de Las Quintas, Culiacán |
Mientras la vida personal del Zurdo da un vuelco, se
encuentra en los días previos a la llegada de Santa Clos con un hjio, clavado a
él, Jason, y a la madre de éste, Susana, con la que sólo se acostó una vez,
hará dieciocho años. Y de nuevo –y no es la primera vez y por distintas causas y razones y de distintas formas– el Zurdo Mendieta cae. Aunque esperemos que se vuelva a levantar –como hasta ahora– para la próxima.
2008. Balas de plata.
2010. La prueba del ácido.
2012. Nombre de perro. Lectura