No son series de televisión, aunque permiten una secuencia. No son series de televisión policíacas, aunque pueden ser la raíz y son policíacas. No son asesinos en serie, aunque los hay. Son series de detectives o investigadores: Marlowe, Rebus, Conde, Beck, el agente de la Continental, Bosch, Morck, Jaritos, Romano, Grens, Grave Jones y Coffin Johnson, Sejer, Bevilacqua, Wilhelmsen, Adamsberg, Erlendur... Y se sitúan en cualquier lugar, son de cualquier lugar: la muerte está en todas partes.

viernes, 31 de enero de 2014

Paisaje de otoño, de Leonardo PADURA

Tetralogía de Las cuatro estaciones)


Portada de Paisaje de otoño (MAXI)Paisaje de otoño –aprovecho su reciente edición en bolsillo (Maxi de Tusquets) para hacer una lectura que es una relectura de esta novela– cierra el ciclo de "Las cuatro estaciones". Es el último caso en el que Mario Conde interviene como teniente de la policía, como investigador de la policía, puesto que abandona el puesto precisamente ahí para ser lo que siempre ha querido ser: un escritor escuálido, de historias escuálidas y conmovedoras.

En realidad la novela nos cuenta dos historias, la de la muerte de Miguel Forcade –un exiliado cubano en Miami que regresa a La Habana debido a la enfermedad de su padre– y la de la muerte de Conde como policía, pero en realidad nos está contando algunas otras más o muchas más, pero que se resumen en una sola. Hay una sola historia y es la del huracán Félix.

Los huracanes en la zona del Caribe son algo cíclico y por tanto algo que ocurre más veces de lo que uno piensa, y a su paso, al paso del huracán, todo lo que estaba de pie cae. Y lo que viene después tiene que ser, no puede dejar de ser, un nuevo inicio. Cuando uno se cae debe levantarse, se tiene que levantar, con ayuda o sin ayuda, pero el primer impulso siempre tiene que ser de uno mismo. Pero ¿de verdad nos caemos porque nos tiran, es la naturaleza externa la que nos empuja o son nuestras propias decisiones o indecisiones las que nos impelen a la caída, es nuestra propia naturaleza llena de incertezas la causante? Esa es la pregunta que flota –como el cadáver de Miguel Forcade– constantemente en la novela.


Ha habido una purga en el departamento de policía al que pertenece Mario Conde. Se ha descubierto que muchos de sus compañeros estaban salpicados por la corrupción. Los descubiertos han sido expulsados, pero también el jefe de todos, el mayor Rangel, que aunque no estaba implicado, si lo estaba por haber confiado en quienes no debería haber confiado. Esa es la excusa perfecta que Mario Conde necesitaba para abandonar la policía: su fidelidad al Viejo, como él llama al mayor Rangel, su amistad con él.

Pero su nuevo jefe, el coronel Molina, tan distinto a Rangel, le propone un trato: Conde resuelve el caso del asesinato de Miguel Forcade y él le firma la carta de renuncia. Tiene tres días para solucionarlo. Y el plazo se cumple justo el día de su treinta y seis cumpleaños.

Protagonistas de esta historia policial: El asesinado Miguel Forcade Mier, de unos cincuenta y tantos años, antiguo Segundo Jefe de la Dirección Provincial de Bienes Expropiados y ex Subdirector Nacional de Economía y Planificación, que había desertado en 1978 en un viaje con escala en Madrid donde se queda para posteriormente instalarse en Miami. Su mujer Miriam, rubia no natural, unos veinte años más joven, de muslos prietos. Hermana a su vez de Fermín Bodes, amigo de Miguel, pero que acaba de salir de la cárcel después de unos diez años en ella, condenado por malversación. Y el antiguo novio de Miriam, Adrián Riverón, con un gran curriculum como estadista económico, pero que ha caído en desgracia en el régimen actualmente, debido entre otras cosas a su relación con Forcade. Y, el último, otro antiguo dirigente, Gerardo Gómez de la Peña, que como la familia de Forcade vive en El Vedado, o mejor dicho, en El Nuevo Vedado, un barrio exclusivo de La Habana, con sus grandes casas y mansiones.


Matisse
Y en esa casa, en la de Gómez de la Peña, nos vamos a encontrar con una pintura (no será la única vez que Leonardo Padura recurra a la excusa del arte para crear una novela, lo veremos en Herejes. Ver lectura), Paisaje de Otoño –aquí empezamos con las dobles historias–, un pequeño óleo de la época postimpresionista de Matisse: un borroso paisaje otoñal de una pequeña calle y sus árboles y con (o sin) una pequeña mancha amarilla al fondo que supuéstamente es un perro. ¿Puede ser ésta la causante del asesinato de Miguel Forcade? Porque Forcade ha regresado para llevarse lo que en su primera partida no se pudo llevar y que le reportará unos cuantos millones, que es lo que él necesita para vivir a lo grande como siempre ha vivido y siempre ha querido vivir: con el poder que da el dinero. O será una pequeña escultura en oro de Buda de la dinastía T’ang, también valorada en millones de dólares, lo que ha venido a buscar –guiño a El Halcón Maltés de Hammett– para regresar triunfante a Miami. Da igual. El caso es que la novela policiaca se resuelve sabiendo que la codicia y la venganza siguen siendo los motivos principales de un asesinato sea este el caso o no.

Portada de Pasado perfecto (MAXI)Pero lo que de verdad resuelve la novela es que toda decisión importante lo que provoca en un primer momento es una devastación. Como la de Andrés, uno de los amigos de Mario Conde, ese médico bien casado con dos hijos que trabaja con gran mérito en un hospital pero que decide que a pesar de todo esa no es la vida que quiere y que necesita romper con todo y empezar de nuevo. O la de antes de Cándito el Rojo que ha decidido acercarse a Dios, él que ha sido siempre un crápula. O la del propio Mario Conde que justo en el día de su cumpleaños, el 9 de octubre, en pleno otoño y con la inminente llegada del huracán Félix, ha decidido abandonar la policía y empezar a escribir sus historias escuálidas y conmovedoras que siempre ha querido escribir, aunque se tenga que conformar por ahora con escribir la historia perdida de los amigos, de esos amigos que momentos antes estaban en la fiesta de su cumpleaños en casa de su gran amigo el Flaco Carlos, que ya no es flaco y sí gordo y en silla de ruedas, donde la madre de éste, Jose, ha preparado una cena ejemplar cocinada en su cabeza como siempre, y donde hasta Tamara, su enamorada del Pre estaba presente, y es ahí donde esa historia surge, la historia de un Pasado perfecto que es como se inicia el ciclo de "Las cuatro estaciones" y como finaliza en esta Paisaje de otoño, una novela perfecta.     
        
  


Tetralogía de Las cuatro estaciones


Portada de La cola de la serpiente1991. Pasado perfecto. [Las cuatro estaciones. Invierto, 1989]
1994. Vientos de cuaresma. [Las cuatro estaciones. Primavera, 1989]
1997. Máscaras. [Las cuatro estaciones. Verano, 1989]
1998. Paisaje de otoño. [Las cuatro estaciones. Otoño, 1989] Lectura

2001. La cola de la serpiente (reescrita en 2011). [Primavera, 1989]

2001.Adiós Hemigway. [Verano, 1997]
2005. La neblina de ayer. [Verano, 2003]
2013. Herejes. [Septiembre, 2007] Lectura



martes, 21 de enero de 2014

La Casa del Espíritu Dorado, de Diane WEI LIANG



Mei Wang es una mujer china de unos treinta y pocos años que tiene una empresa llamada Consultoría de Información Loto. Pero eso es un subterfugio, ya que lo que es en realidad esa Consultoría de Información es una agencia de detectives privados. Eso sí, la única detective es ella, a la que ayuda su secretario Gupin, que ni siquiera es pequinés, pues viene de la provincia de Henan. Por qué decimos que ni siquiera es pequinés, porque estamos en Pekín y estamos en la China moderna, aunque su autora Diane Wei Liang ya no viva allí y además no escriba en chino sino en inglés, pero todo eso no es óbice para que en estas tres novelas protagonizadas por Mei Wang nos traslade perfectamente la idiosincrasia de la cultura china actual, y el no ser de Pekín y venir de provincias es un factor clave en la escala social de esa sociedad tan estratificada, en esa sociedad pretendidamente comunista que se está desplazando a pasos agigantados hacia un capitalismo exacerbado con todo lo que ello comporta.

Luego nos hemos encontrado una mezcolanza de cultura tradicional china, desfasado comunismo beligerante y un incipiente capitalismo que como tal capitalismo lo fagocita todo. Pero para no entrar en debates políticos que no vienen al caso, lo que de verdad se transmite en estas tres novelas de la detective Mei Wang es el contraste entre el simbolismo y la superstición tradicional china y los nuevos hábitos modernos, el contraste entre el estancamiento de una sociedad tan estratificada como la comunista y la lucha por el poder y sobre todo por el dinero, por el capital, de esos mismos individuos que integran esa sociedad.

The Eye of Jade (El ojo de jade) se publicó en el 2007 y es la primera aparición de esta detective que dejó un puesto prometedor en el Ministerio de Seguridad Pública para abrir una agencia de detectives privada que ni siquiera es legal. Será un antiguo amigo de su familia, Chen Jitian, el que le encargará encontrar el sello de jade de Cao Cao de la dinastía Han que se exhibía en el Museo de Luoyang hasta que en 1968 desapareció. Pero lo que Mei terminará por descubrir, más allá de la joya, será el secreto de su propia familia. Pues esta novela en realidad sirve como carta de presentación no sólo para Mei, sino para su hermana pequeña Lu, una bella psicóloga, con un exitoso programa de televisión, que al principio de la trama se casa con un también exitoso hombre de negocios, Lining; a su madre Ling Bai, que al final de la novela sufrirá un ataque al corazón que la postrará en cama, pero cuyas acciones pasadas pondrán a Mei en una encrucijada de sentimientos; y un padre muerto en un campo de trabajo hace bastantes años, donde fue encarcelado por oponerse a Mao y al auge comunista en plena Revolución Cultural. En verdad lo que terminará por descubrir Mei a parte del destino oculto de esa joya milenaria es la encrucijada en la que se vio envuelta su familia, donde cualquier decisión era una mala decisión, una encrucijada ligada también al propio nacimiento de la sociedad en la que vive.

La segunda novela, Paper Butterfly (Mariposas para los muertos), el caso se inicia con la desaparición de una cantante muy popular, Kaili, y con el encargo del empresario que la dirige de buscarla. Pero paralelo a esta búsqueda están los hechos ocurridos en la plaza de Tian’anmen alrededor de una década antes, en 1989, y cómo los estudiantes que no murieron en esas protestas y consiguieron salvarse fueron encarcelados por sus actividades subversivas, entre ellos Lin que acaba de cumplir su condena y regresa a Pekín y que fue el antiguo novio de Kaili. Nuevamente el caso investigado por Mei nos lleva a descubrir cómo los antiguos hechos, en realidad no son tan antiguos, sino que están presentes en los acontecimientos de la actualidad. En esta novela se nos presenta un nuevo personaje –que se desarrollará aún más en la siguiente–, el inspector de policía Zhao de un pueblo a las afueras de Pekín, que no sólo la ayudará a encontrar al causante de la muerte de Kaili, sino que se convertirá en un amigo.

La última hasta la fecha, The House of Golden Spirit (La Casa del Espíritu Dorado), se publicó en el 2011 y es la más completa en todos los sentidos. En ella Mei Wang es contratada por el abogado, el apuesto Wudan, de una empresa farmacéutica en expansión –de medicina china, sea eso lo que sea– que fabrica píldoras para los corazones rotos –también sea eso lo que sea–, que están preocupados de que su socio en Pekín, el empresario Li, se esté quedando con su dinero en vez de invertirlo como debiera. En esta trama de guanxi, de relaciones, que es en lo que se ha convertido Pekín y la China de ahora, donde el que quiera prosperar debe invertir en esas guanxi, el dinero es el elemento que lo domina todo, y es un dinero que no se reparte sino que se apropia y cuando todos se lo quieren apropiar… En el transcurso de la novela no nos sorprende, pues, que los acusados por el asesinato de otro detective privado que investiga los mismos hechos que Mei sean ejecutados con un tiro en la nuca incluso sin juicio previo, pues sólo tendrán juicio los acusados que tienen una posición más elevada en esa sociedad tan clasista como la china, aunque el juicio en este caso no les salve de tener el mismo fin. Junto a la propia Mei en lucha contra esos elementos de poder que están en los puestos gubernamentales se encontrará su amigo el policía Zhao, ya trasladado a Pekín que era su aspiración, donde pensaba que iba a encontrar la felicidad, pero en una ciudad de millones y millones de habitantes sólo encontrará soledad, como la misma Mei.


Porque en esa Pekín de contrastes, rascacielos por un lado, con sus nombres típicamente chinos, y sus hutongs –callejones– por otro, y sus carreteras de circunvalación, una, dos, tres o más –con vistas a la segunda carretera de circunvalación tiene su apartamento Mei–, en ese Pekín gris, contaminado, la desolación es un elemento contra el que hay que luchar. Y en esa lucha la propia vida personal está implicada, como nos muestra el devenir amoroso de la protagonista con el que finaliza la novela.        






2007. The Eye of Jade (El ojo de jade).
2008. Paper Butterfly (Mariposas para los muertos).
2011. The House of Golden Spirit (La Casa del Espíritu Dorado). Lectura

jueves, 16 de enero de 2014

El hermano pequeño, de J. M. GUELBENZU



Las novelas policiacas de J. M. Guelbenzu son eminentemente literarias. Y el autor lejos de ocultarlo lo muestra constantemente. No sólo lo muestra, sino que lo exhibe. Le gusta exhibirlo al igual que a su protagonista principal le gusta exhibirse tanto como mujer como como investigadora o detective, aun no siéndolo. En realidad Mariana de Marco es Juez de Primera Instancia e Instrucción. Es decir, es la que toma las primeras diligencias para, una vez establecido el caso, pasárselo a otro Juez para que lo juzgue.

La novela que nos ocupa, El hermano pequeño, es la quinta de la serie de seis que hasta ahora ha publicado el autor. Y seguramente la más conseguida. Y quizá lo sea porque precisamente su entramado literario, que no deja de serlo y mucho, se ajusta en muy buena medida a la posible realidad y le da al lector esa necesidad de verosimilitud que en otros casos resulta más difícil de detectar.

La serie empezó en el 2001 con No acosen al asesino. Novela coral, donde los distintos personajes nos hablan desde sí mismos y donde la Juez Mariana de Marco en principio no deja de ser una más dentro de esa sociedad de nivel económico y social alto que vacaciona en un pueblecito cántabro llamado San Pedro del Mar y donde ella tiene su destino como Juez. La novela empieza con un remedo de “Continuidad de los parques”, el cuento de Julio Cortázar, donde Carlos Sastre degolla al magistrado retirado Medina. Después se desarrolla entre las intrigas propias del género dentro de ese pequeño núcleo de veraneantes exclusivos y las muestras del, al principio escaso, arrepentimiento del autor del crimen que se van acrecentando, como en el Raskolnikov de Dostoievski, a medida que transcurre la novela. Entre Mariana de Marco y su secretaria del juzgado Carmen Fernández, más el aporte de la Guardia Civil en la persona del capitán López, se terminan por descubrir los motivos del asesinato y con ello al asesino.

Portada de La muerte viene de lejos
Portada de No acosen al asesino

Una vez tenemos los personajes principales, recién citados, en la siguiente novela, La muerte viene de lejos, volverán a aparecer ya con un protagonismo mayor. Después de su acceso a la judicatura por el tercer turno, Mariana de Marco ahora ha conseguido un puesto en Villamayor, un pueblo algo más grande que el anterior. En esta novela su personaje empieza a tener mayor enjundia, mujer atractiva de 42 años, dispuesta a algún affaire amoroso, pero sin compromiso, y cuyos gustos se centran en personajes un tanto dados a las maldades, como en este caso. Rafael Castro es como el doctor Jekyll y mister Hyde, atractivo y atento por un lado, hasta conquistar a la misma Juez, y por el otro... Sólo la insistencia de su anterior secretaria del juzgado en San Pedro del Mar, con la que sigue teniendo amistad, conseguirá descubrir lo que se mantiene oculto en esta historia de herencias y suplantaciones de la personalidad.

Portada de El cadáver arrepentidoLa tercera novela, El cadáver arrepentido, del 2007, al igual que la última, Muerte en primera clase, del 2012, tienen un rasgo en común, que la juez no ejerce de tal, es decir, se encuentra  lejos de su jurisdicción, pero no puede evitar elucubrar constantemente en los misterios que en ambos se van a presentar. En El cadáver arrepentido viene a una boda, invitada por una amiga de la adolescencia, ahora en la cuarentena como ella, en una finca de Toledo, La Bienhallada. Allí se encontrará con ciertos personajes de su pasado, pero también con un cadáver desenterrado en posición de pedir disculpas y la muerte de la madre de la novia un par de semanas antes de celebrarse el enlace. En una trama más bien de novela de aventuras que de policiaca que empieza por allá a principios del siglo XX y que desemboca aquí a finales del mismo, 1998, la mente intrigada de Mariana descubrirá los misterios del oro y de la herencia recibida por la familia de su amiga. En Muerte en primera clase, Mariana se va de viaje turístico por Egipto con su nueva amiga Julia Cruz –que apareció en la novela anterior, El hermano pequeño– y la trama homenajea esta vez a la misma Agatha Christie en su Muerte en el Nilo, pero en este caso el clan, el séquito, es la familia Montesquinza y el misterio es la desaparición de su matriarca Carmen.

Elogio del Horizonte, de Eduardo Chillida. Gijón

Entre medias de estas dos, se encuentran quizá las dos mejores de la serie: Un asesinato piadoso y El hermano pequeño. En ambas el argumento se sitúa en la ciudad de G…, próxima a Vetusta –recordando a Clarín–, es decir, (y siguiendo con el juego literario con el que Guelbenzu trata al mecanismo de la novela policial o de crimen y misterio como se tildaba en la tradición inglesa, de la que Guelbenzu se siente seguidor) Gijón y Oviedo, donde nuevamente se ha desplazado la Juez Mariana de Marco al haber una vacante en esta ciudad.

Portada de Un asesinato piadosoAl dejar la anodina Villamayor, también deja las amistades y affaires amorosos que ocurrieron allí, como la corta aventura con el capitán López que tiene al final de El cadáver arrepentido. Aunque Carmen Fernández, su antigua secretaria del juzgado de San Pedro del Mar, siga apareciendo y en cierto modo ayudando, ya se nota un cambio en las relaciones personales que se profundizará en la siguiente novela, con el cambio de cromos de Carmen por la arquitecta Julia Cruz como amiga más íntima. En Un asesinato piadoso el argumento se inicia con la llegada a la escena del crimen de Mariana a la casa de Cristóbal Piles –el muerto– y Covadonga Fernández, donde también se encuentra el padre de ésta, Casio, que se ha pasado toda la noche desde el momento de la muerte de Cristóbal preparando el escenario para presúntamente autoinculparse hasta llamar a la policía. Dos elementos son un tanto efectistas en esta novela: el inspector Alameda, siempre con su abrigo puesto y su bigote, que recuerda a los sabuesos ingleses en una mezcla de Sherlock Holmes y Hércules Poirot, y esa trampa final para cazar al asesino… Aún así, no deja de ser de las mejores de Guelbenzu, pues los elementos judiciales de la investigación empiezan a ocupar un lugar más importante en la trama.

Ciudad de G... (Gijón, Asturias, España)

Lo mismo pasará con El hermano pequeño, la mejor como ya hemos dicho. El argumento incluso es hasta más actual, la asesinada Elena Sánchez Vega, Jessica Vega, ha ejercido de modelo porno en su pasado. El cadáver también aparece al principio de la historia, un cadáver tirado en una cuneta con las manos cortadas cerca de la casa donde vivía con su marido Jacinto. Hay nuevo inspector, Quintero, y un nuevo círculo de amistades que como hemos dicho se inicia con Julia Cruz. También el ámbito laboral está más desarrollado, con su secretario Pelayo o con jueces de alguna forma enemigos, como el Juez Carbajo. La trama le llevará a relacionarse con los altos próceres de la ciudad, que están envueltos en la intriga, como el empresario Montclair, de cuya relación de una noche saldrá escaldada. Y es esa introducción en el ámbito de la novela social o de lo malo de la sociedad, muy dado en la novela policiaca actual, lo que le da quizá mayor empaque a esta novela con respecto a las otras, aunque para el autor quizá no sea una deriva que le guste en demasía. Más para no caer del todo en esto, la trama presenta al hermano pequeño de Mariana, Antonio, como el elemento clave de la misma, siendo precisamente lo más artificial de la misma sin tener en cuenta su ambigüedad sexual , es decir, lo más literario.

Como decimos, pues, la literatura está por encima de todo, no sólo en la artificiosidad que es en sí una novela de crimen y misterio que constantemente está en primer plano, sino también en las continuas menciones a títulos y autores a los que Mariana de Marco lee en cada una de las novelas. Quizá lo que nos empuja a seguir a Mariana sea la misma Mariana, más que las tramas, el atractivo de una mujer de cuarenta y cinco años que ella no deja de admirar constantemente cuando se mira al espejo, pero que se convierte en la atracción a su vez por dos elementos indisolubles, pero que terminan siendo uno: el sexo y el mal, esto es: el peligro, como dice el propio autor.        





(1) 2001. No acosen al asesino. [La trama posiblemente se sitúa en 1996-97]
(2) 2004. La muerte viene de lejos. [Posiblemente 1997]
(3) 2007. El cadáver arrepentido. [El tiempo interno se desarrolla en 1998, aunque hay referencias a todo el desarrollo del siglo XX]
(4) 2008. Un asesinato piadoso. [Se sitúa en 1999]
(5) 2011. El hermano pequeño. [En el 2000] Lectura
(6) 2012. Muerte en primera clase. [En el 2001, justo antes de la 2ª guerra del golfo, que se menciona explícitamente]
(7) 2014. Nunca ayudes a una extraña. [Julio de 2004] Lectura

lunes, 6 de enero de 2014

The Gods of Guilt, de Michael CONNELLY


The Gods of Guilt, literalmente “Los dioses de la culpabilidad o de la culpa”, es decir los que juzgan si alguien es culpable o inocente, es decir el juez o el jurado. Así se titula la última novela de Michael Connelly, publicada en el 2013 y aún no traducida al español, y que, como su nombre ya nos sugiere, tiene como protagonista al abogado Michael Haller.

En los últimos años este abogado defensor ha tomado un protagonismo similar o, diríamos, equivalente al del detective Harry Bosch (ver lectura de su serie) en las sucesivas novelas publicadas por Connelly. Desde The Brass Verdict (El veredicto), donde por primera vez aparecen los dos compartiendo en cierto modo protagonismo, se han repartido tres novelas cada uno –en las que uno u otro aparece aunque sea en pequeñas escenas– más otra: The Reversal (La revocación), que es el culmen de esta conjunción, como ya dijimos en la entrada sobre Bosch, pues la trama se va desarrollando y sosteniendo a través de capítulos alternos y paralelos entre ambos personajes.

Centrándonos en Haller todo empezó en realidad en el 2005 con The Lincoln Lawyer (El inocente), novela que le ha dado mucho juego a su autor y al personaje, pues luego se llevó al cine haciendo Matthew McConaughey del abogado Michael Haller, hecho que se menciona dentro de sus novelas, como un inciso de la realidad dentro de la ficción o de la ficción dentro de la realidad. En El inocente descubrimos cómo una trama policial se puede desarrollar desde un punto de vista distinto e incluso enfrentado, ya que la labor del abogado defensor no es llevar al presunto criminal entre rejas, como la de los policías, sino la contraria, intentar no llevarle, y buscar cualquier posibilidad para que eso no ocurra. Pero, claro, esa labor sería contraproducente en una trama policial, en la que el fin casi siempre es que el malo pague y para eso el bueno, el policía, tiene que ganar.

Portada para: El veredictoY ese problema, que parece un problema del autor con el lector, el de cómo lograr la empatía con el personaje, el de cómo ver a Michael Haller –para ello ayuda la utilización de la primera persona como la voz narrativa en sus novelas–, se convierte en un problema intrínseco en el desarrollo de las tramas sucesivas que va a protagonizar, pues también está en juego cómo el personaje se ve a sí mismo y cómo lo ven los demás, incluidos los policías, como su hermanastro Harry Bosch, pero también sus más allegados, su ex pareja, la fiscal Maggie McPherson y, sobre todo, su hija Hayley.

Santa Monica Blvd, Los Angeles, CA, EE. UU.Y para ello Connelly, ya desde esta primera novela, necesitaba en cierto modo presentar a un abogado atípico, un abogado sin oficina propiamente dicha, que se gana la vida en las calles de Los Ángeles desde el asiento de atrás de sus Lincoln Town Cars. Y eso tan aburrido que puede ser un juicio, la vida en los tribunales de justicia, el autor nos lo presenta en todas ellas como un work in progress, como un trabajo en una continua fase de desarrollo, con constantes sorpresas y descubrimientos nuevos que van modificando el trabajo dentro de las salas donde se imparte justicia. Y los diálogos e interrogatorios tan característicos en las novelas policiacas, no dejan de ser tan o más importantes en estas otras donde parte de la trama se desarrolla en la sala del tribunal en la que se van presentando los testigos para uno y otro bando. Y por eso estas novelas no pueden ser otra cosa que policiacas, porque la investigación continua y constante se convierte en el elemento clave también en ellas.

El inocenteEn El inocente, su defendido Louis Roulet es acusado del intento de asesinato de una prostituta, aunque todo parece indicar que es inocente, como dice el título. Y la defensa de este niño pijo y de buena familia que le reportará buenos beneficios, tanto económicos como publicitarios, y que a la vista de las pruebas puede ser factible llevar a cabo, se convierte al final en la defensa por parte de Haller de su propia integridad y la de su familia, incluso con el asesinato de su principal investigador Raul Levin por el camino. En El veredicto –la segunda y última novela traducida hasta la fecha al español– nos reencontramos con un Haller que, después de lo sucedido en el estresante final de la novela anterior, le ha llevado a una caída en picado hasta tocar fondo. Es decir, su desarrollo es la resurrección personal y profesional de Haller en un argumento que nos lleva hacia el mundo de Hollywood y la defensa de un magnate de esta industria, acusado de asesinar a su mujer y al amante de ésta. Como ya dijimos en la entrada sobre Bosch, éste aparece envuelto en la trama, aunque con un papel un tanto menor que el de Haller. La tercera de la serie será la ya comentada (ver lectura de la serie de Bosch) La revocación, donde Michael Haller se une a los buenos y se convierte por una vez en Fiscal, trabajando codo con codo con su ex mujer Maggie y su hermanastro Bosch.

Y de ahí caemos a las dos últimas novelas de Haller, ambas sin traducir todavía al español. En The Fifth Witness vuelve a ser abogado defensor aunque ahora lleve casos no sólo criminales sino también de desahucios, en realidad la mayoría de sus casos son de estos últimos –otro elemento que nos lo puede acercar al lector y justificarse a sí mismo, defender al débil frente al fuerte, los bancos, para mostrar cómo de injusta está construida la sociedad–, aunque aquí se entremezclen ambas facetas, pues le va a tocar defender a Lisa Trammel, que era cliente suyo por esta última razón, pero que ahora es acusada de asesinar al director del banco, Mitchell Bondurant con el que mantiene el litigio por su casa.

El desarrollo del argumento pero sobre todo el final de la novela, cuando la inocencia de su cliente sea probada en el tribunal pero no parece que lo sea de hecho, hacen que Haller se replantee eso de pasarse al otro lado, al de los fiscales, algo que ven con muy buenos ojos tanto su ex como su hija.

Pero The Gods of Guilt, la novela que nos ocupa, lo desmentirá. Pues la cercanía que había logrado establecer con su familia en The Fifth Witness vuelve a romperse por la extraña circunstancia de no conseguir el puesto de fiscal al que aspiraba. Y de nuevo parece que Haller empieza de cero haciendo lo que siempre ha hecho. Además el caso le retrotrae a su pasado, pues su cliente, Andre La Cosse, parece haber asesinado a una prostituta, Gloria Dayton, a la que él ya había defendido con éxito años antes. Además según avanza la investigación también aparece en escena el detective Lankford que, como ésta, ya tuvo presencia en El inocente al investigar el asesinato de su antiguo investigador Raul Levin, e incluso tenerle a él, Michael Haller, como sospechoso del crimen. El caso se presenta pues como enrevesado en sí mismo, donde la labor policial se pondrá en entredicho, pero también para el propio Haller, ya que ese Jury o The Gods of Guilt no sólo juzga en los tribunales sino que también es una especie de juez o jurado que juzga las acciones de uno mismo y decide sobre esas acciones y decisiones que cada uno toma en la vida. Y además ¿quiénes son?, ¿quiénes tienen el derecho de juzgarnos?, ¿son los que nos rodean, los más cercanos, los que nos importan?, ¿somos nosotros mismos?  






2005. The Lincoln Lawyer (El inocente).
2008. The Brass Verdict (El veredicto). [Harry Bosch es un personaje algo secundario]
2010. The Reversal (La revocación).[También con Harry Bosch como protagonista]
2011. The Fifth Witness. [Bosch está en la fiesta de cumpleaños de Haller]
2013. The Gods of Guilt. [Bosch sólo aparece en una pequeña escena] Lectura