Lucifer’s
Tears o, como se ha traducido al español, El noveno círculo de hielo, es la
segunda novela de la serie del inspector Kari Vaara, mientras que Helsinki
Blood es la última novela, la cuarta de la serie, en la que dicho inspector
termina siendo comisionado del National Bureau of Investigation o NBI. Su
autor, James Thompson, es un estadounidense afincado en Finlandia desde hace
quince años que acaba de morir inesperadamente el 2 de agosto de este 2014, es
decir, hace apenas unos días.
De los
cuatro libros de la serie –estaba por aparecer este año el quinto, Helsinki
Dead, del que no sabemos si ya estaba terminado o no a la hora de la muerte de
su autor–, el primero, Snow Angels (Ángeles en la nieve), es el único que no se
ambienta en Helsinki sino en Kittilä, un pueblo situado en la parte baja del
Círculo Polar Ártico, lugar de procedencia de Kari Vaara y en el que
precisamente la ambientación juega un lugar protagonista en la novela. Incluso,
podemos añadir, el cambio de lugar provoca en toda la serie un cambio
sustancial en la propias novelas, una, podríamos llamar, degeneración
argumental que tiene que ver a su vez con una degeneración física y moral del
propio protagonista de las mismas, Kari Vaara.
Situémonos,
en la primera novela, Ángeles en la nieve, Kari Vaara es un simple inspector de
policía de Kittilä, casado con Kate, una norteamericana que trabaja como
directora general de un gran complejo turístico. Ella está embarazada de
gemelos y está a punto de perderlos en un accidente de esquí donde se rompe el
fémur. Gran parte de la novela trata de las difíciles relaciones por el
contraste cultural que se da en la pareja. El caso al final tiene que ver con
la propia historia personal de Vaara, donde su exmujer Heli cobra protagonismo,
al igual que su actual marido Seppo Niemi, al principio el principal
sospechoso, y en la que incluso su compañero, el sargento Valtteri, un
“laestadianista devoto”, juega un papel inesperado.
Decimos,
Ángeles en la nieve, excepto por ese final que diríamos un tanto aparatoso, se
mueve en un ámbito, llamémosle, hasta cierto punto coherente, aunque su
desarrollo se vaya enrevesando a medida que avanza la novela y el contexto
familiar, no sólo el de la pareja protagonista, sea un lugar más de conflictos
que de otra cosa. Todo el entramado se inicia con el asesinato de Sufia Elmi,
una actriz negra de películas de serie B. Ella es una hija de somalíes ya
establecidos en Finlandia años antes. Y su asesinato, por el grado de crueldad,
en un principio podría tener ciertos rasgos xenófobos, aunque su desarrollo
posterior nos lleve por otros derroteros. Pero ya en ella, en la novela, decimos, se muestran ciertas exageradas
características que en las sucesivas se van a amplificar hasta
desfigurar las propias novelas.
En El
noveno círculo de nieve, año y medio después, Kari Vaara, debido, entre otras
cosas, a ese final espectacular de la anterior novela, se ha trasladado a
Helsinki, al departamento de homicidios –murhoryhmä– de la comisaría de Pasila,
y Kate, que perdió a los gemelos pero ahora vuelve a estar embarazada, dirige
el único hotel de cinco estrellas de la ciudad. Aquí, Jyri Ivalo, el comisario
superior de policía, que ya apareció en la novela anterior, cobra especial
protagonismo como sospechoso por su afición al sexo y como –diríamos– el
inductor del mal en las siguientes novelas, y aparece el nuevo compañero de
Vaara, Milo Nieminen, un sargento de 25 años, de rasgos ciertamente extremos, con
un coeficiente intelectual superior, exageradamente aficionado a las armas,
además de hacker metido a policía. A ello añadimos la familia de Kate, su
hermana Mary, incapaz de adaptarse a una nueva cultura, y su hermano John,
borracho y drogadicto, que vienen a ayudar –entre comillas– a su hermana con su
futura hija, Anu. Y el caso, el sangriento asesinato de Iisa Filippov,
aficionada al sexo, estonia como su marido, Ivan, un hombre de negocios
adinaerado en Helsinki con vínculos mafiosos, y con Linda Pohjola, la
secretaria de éste, completando el triángulo, más la investigación paralela,
ordenada desde las altas esferas de la política finlandesa, sobre un asesino de
guerra, pero héroe nacional, Arvid Lahtinen, de 90 años, amigo y compañero de
Ukki, el abuelo de Kari Vaara, que terminará siendo también amigo de Vaara, a
pesar de su historial sangriento.
Si
decimos que todo se resuelve envolviendo en la corrupción a todos o a muchos de
los elementos políticos de la nación, incluido el ministro de asuntos interiores
y el comisario jefe de policía, nos ayudará a determinar por dónde van a ir los
tiros de las dos siguientes novelas, Helsinki White y Helsinki Blood. En ellas,
Vaara comanda una especie de unidad oculta o secreta, organizada por Jyri
Ivalo, contra la corrupción, que tiene todos los medios legales e ilegales para
combatirla. Formarán parte de ella, el propio Vaara, su compañero Milo y se
agregará Sulo Polvinen, Sweetness, como lo llama Kate, que apareció de forma
tangencial en la anterior novela, un grandullón muchacho de apenas veinte años
sin oficio ni beneficio, pero que cae bien a Vaara, y con gran dosis de aguante
alcohólico y con un dominio de las armas extraordinario. Además Vaara tiene un
tumor cerebral, anunciado en la anterior novela y que aquí le es extirpado,
pero los efectos secundarios le convierten en un ser amoral donde roba a los
ladrones para financiar sus propias investigaciones, que en este caso se ven
encaminadas hacia los elementos de extrema derecha de la sociedad finlandesa. El
caso se inicia con el asesinato de una política negra, Lisbet Söderlund y se
enreda con incluso agentes secretos franceses como Adrien Moreau.
Porvoo, cerca de Helsinki, Finlandia Lugar donde se encuentra la casa de Arvid Lahtinen que termina heredando Kari Vaara y donde se desarrolla parte de la trama de Helsinki Blood |
La última
novela, Helsinki Blood, parece estar pensada para que la degeneración en la que
se ha convertido Helsinki White se mitigue un poco, aunque se inicia con el
abandono de Kate del, por decir algo, hogar familiar, donde estaban todos metidos
desde la novela anterior, Milo, Sweetness, sus novias o casi novias, Mirjami y
Jenna, a pesar de la invalidez temporal de Vaara, debido al disparo en la
rodilla del final de Helsinki White. Kate, que sufre estrés postraumático
debido a lo mismo, decimos, se da a la bebida y se marcha a su país junto a su
hermano John, aquel borracho y drogadicto que apareció en la segunda de la serie.
La
excusa de la novela es el secuestro para la prostitución por las mafias, y que
envuelve al cuerpo diplomático ruso, de una chica de trece años estonia que
además tiene síndrome de Down, Loviise. Y parece un buen motivo para esa
superación del deterioro moral que ha sufrido el protagonista en las novelas
anteriores, pero aunque la trama se ajuste al objetivo, recuperando el
protagonista a su mujer y la cordura moral en cierto modo, el deterioro
argumental, la degeneración en la calidad de las novelas ha sido tan palmario,
que el tumor que había amenazado de muerte al propio protagonista y que ya
apareció al final de la segunda, también se instaló en las mismas novelas de
tal forma que su desarrollo ha terminado por provocar una metástasis de tal magnitud
que, creemos, no hay nada que las salve.
(1) 2009.
Snow Angels (Ángeles en la nieve).
(2) 2011. Lucifer’s
Tears (El noveno círculo de hielo). Lectura
(3) 2012. Helsinki
White.
(4) 2013. Helsinki
Blood. Lectura
(5) 2014?. Helsinki Dead.
[Posible publicación en 2014 o 2015, pero inacabada por la muerte de su autor
el 2 de agosto de 2014]