No son series de televisión, aunque permiten una secuencia. No son series de televisión policíacas, aunque pueden ser la raíz y son policíacas. No son asesinos en serie, aunque los hay. Son series de detectives o investigadores: Marlowe, Rebus, Conde, Beck, el agente de la Continental, Bosch, Morck, Jaritos, Romano, Grens, Grave Jones y Coffin Johnson, Sejer, Bevilacqua, Wilhelmsen, Adamsberg, Erlendur... Y se sitúan en cualquier lugar, son de cualquier lugar: la muerte está en todas partes.
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martes, 21 de enero de 2014

La Casa del Espíritu Dorado, de Diane WEI LIANG



Mei Wang es una mujer china de unos treinta y pocos años que tiene una empresa llamada Consultoría de Información Loto. Pero eso es un subterfugio, ya que lo que es en realidad esa Consultoría de Información es una agencia de detectives privados. Eso sí, la única detective es ella, a la que ayuda su secretario Gupin, que ni siquiera es pequinés, pues viene de la provincia de Henan. Por qué decimos que ni siquiera es pequinés, porque estamos en Pekín y estamos en la China moderna, aunque su autora Diane Wei Liang ya no viva allí y además no escriba en chino sino en inglés, pero todo eso no es óbice para que en estas tres novelas protagonizadas por Mei Wang nos traslade perfectamente la idiosincrasia de la cultura china actual, y el no ser de Pekín y venir de provincias es un factor clave en la escala social de esa sociedad tan estratificada, en esa sociedad pretendidamente comunista que se está desplazando a pasos agigantados hacia un capitalismo exacerbado con todo lo que ello comporta.

Luego nos hemos encontrado una mezcolanza de cultura tradicional china, desfasado comunismo beligerante y un incipiente capitalismo que como tal capitalismo lo fagocita todo. Pero para no entrar en debates políticos que no vienen al caso, lo que de verdad se transmite en estas tres novelas de la detective Mei Wang es el contraste entre el simbolismo y la superstición tradicional china y los nuevos hábitos modernos, el contraste entre el estancamiento de una sociedad tan estratificada como la comunista y la lucha por el poder y sobre todo por el dinero, por el capital, de esos mismos individuos que integran esa sociedad.

The Eye of Jade (El ojo de jade) se publicó en el 2007 y es la primera aparición de esta detective que dejó un puesto prometedor en el Ministerio de Seguridad Pública para abrir una agencia de detectives privada que ni siquiera es legal. Será un antiguo amigo de su familia, Chen Jitian, el que le encargará encontrar el sello de jade de Cao Cao de la dinastía Han que se exhibía en el Museo de Luoyang hasta que en 1968 desapareció. Pero lo que Mei terminará por descubrir, más allá de la joya, será el secreto de su propia familia. Pues esta novela en realidad sirve como carta de presentación no sólo para Mei, sino para su hermana pequeña Lu, una bella psicóloga, con un exitoso programa de televisión, que al principio de la trama se casa con un también exitoso hombre de negocios, Lining; a su madre Ling Bai, que al final de la novela sufrirá un ataque al corazón que la postrará en cama, pero cuyas acciones pasadas pondrán a Mei en una encrucijada de sentimientos; y un padre muerto en un campo de trabajo hace bastantes años, donde fue encarcelado por oponerse a Mao y al auge comunista en plena Revolución Cultural. En verdad lo que terminará por descubrir Mei a parte del destino oculto de esa joya milenaria es la encrucijada en la que se vio envuelta su familia, donde cualquier decisión era una mala decisión, una encrucijada ligada también al propio nacimiento de la sociedad en la que vive.

La segunda novela, Paper Butterfly (Mariposas para los muertos), el caso se inicia con la desaparición de una cantante muy popular, Kaili, y con el encargo del empresario que la dirige de buscarla. Pero paralelo a esta búsqueda están los hechos ocurridos en la plaza de Tian’anmen alrededor de una década antes, en 1989, y cómo los estudiantes que no murieron en esas protestas y consiguieron salvarse fueron encarcelados por sus actividades subversivas, entre ellos Lin que acaba de cumplir su condena y regresa a Pekín y que fue el antiguo novio de Kaili. Nuevamente el caso investigado por Mei nos lleva a descubrir cómo los antiguos hechos, en realidad no son tan antiguos, sino que están presentes en los acontecimientos de la actualidad. En esta novela se nos presenta un nuevo personaje –que se desarrollará aún más en la siguiente–, el inspector de policía Zhao de un pueblo a las afueras de Pekín, que no sólo la ayudará a encontrar al causante de la muerte de Kaili, sino que se convertirá en un amigo.

La última hasta la fecha, The House of Golden Spirit (La Casa del Espíritu Dorado), se publicó en el 2011 y es la más completa en todos los sentidos. En ella Mei Wang es contratada por el abogado, el apuesto Wudan, de una empresa farmacéutica en expansión –de medicina china, sea eso lo que sea– que fabrica píldoras para los corazones rotos –también sea eso lo que sea–, que están preocupados de que su socio en Pekín, el empresario Li, se esté quedando con su dinero en vez de invertirlo como debiera. En esta trama de guanxi, de relaciones, que es en lo que se ha convertido Pekín y la China de ahora, donde el que quiera prosperar debe invertir en esas guanxi, el dinero es el elemento que lo domina todo, y es un dinero que no se reparte sino que se apropia y cuando todos se lo quieren apropiar… En el transcurso de la novela no nos sorprende, pues, que los acusados por el asesinato de otro detective privado que investiga los mismos hechos que Mei sean ejecutados con un tiro en la nuca incluso sin juicio previo, pues sólo tendrán juicio los acusados que tienen una posición más elevada en esa sociedad tan clasista como la china, aunque el juicio en este caso no les salve de tener el mismo fin. Junto a la propia Mei en lucha contra esos elementos de poder que están en los puestos gubernamentales se encontrará su amigo el policía Zhao, ya trasladado a Pekín que era su aspiración, donde pensaba que iba a encontrar la felicidad, pero en una ciudad de millones y millones de habitantes sólo encontrará soledad, como la misma Mei.


Porque en esa Pekín de contrastes, rascacielos por un lado, con sus nombres típicamente chinos, y sus hutongs –callejones– por otro, y sus carreteras de circunvalación, una, dos, tres o más –con vistas a la segunda carretera de circunvalación tiene su apartamento Mei–, en ese Pekín gris, contaminado, la desolación es un elemento contra el que hay que luchar. Y en esa lucha la propia vida personal está implicada, como nos muestra el devenir amoroso de la protagonista con el que finaliza la novela.        






2007. The Eye of Jade (El ojo de jade).
2008. Paper Butterfly (Mariposas para los muertos).
2011. The House of Golden Spirit (La Casa del Espíritu Dorado). Lectura